Reflexiones de una aspirante a novelista

Al igual que la mente humana puede crear una doble personalidad, también puede crear un mundo.
Todos somos capaces de crear un mundo para nosotros mismos...

Pero, ¿Puede uno crear un mundo para los demás?
¿Se puede crear un mundo perfecto para todos?

Todos nacemos con este don, pero muy pocos lo saben usar y desarrollar en su pleno esplendor; o simplemente no se atreven o no quieren usarlo.
Los novelistas son un claro ejemplo de la gente que sabe crear estos mundos y lo intenta:

Los novelistas, a través de sus escritos, nos muestran sus mundos, sus más profundos deseos y hasta su verdadero yo, que siempre salen a la luz usando una "máscara". Muy pocos pueden verlo; pero los que lo ven son privilegiados, porque poseen el poder de empatizar y de comprender a los demás. Pueden comprender los pensamientos y los deseos más reprimidos de cada uno de nosotros.
Pero este don es también una maldición, que convierte a sus poseedores en incomprendidos, porque la gente común los ve como excéntricos y los "apartan" de la sociedad, para marginarlos y convertirlos en objetos de burla.
Muchas personas que leen sus obras no las comprenden y las desprecian; pero otras muchas que sí comprenden, disfrutan con ellas y aprecian el esfuerzo que los novelistas han dedicado para escribirlas y crear un mundo para todos los demás. Ellos al menos intentan darnos mundos a los que escapar de la realidad y evadirnos de los problemas.

Cada novela; cada historia es un mundo.
Adéntrate en ellos y descubre algo nuevo.
Y si tu alma te lo pide, anímate a crear un mundo nuevo.