dibujando una estrecha y blanca senda.
Vas caminando por ella,
sintiendo el frío abrazo del invierno y la nieve bajo tus pies.
Dejando tus huellas en el frígido velo blanco que cubre la verde hierba,
caminas incesablemente para llegar al final del frío camino que se extiende ante ti.
Y de súbito te encuentras con algo sorprendente:
Un cachorro de lobo blanco te está esperando.
Corre hacia ti meneando su suave y mullida cola,
como un adorable perrito juguetón reconociendo a su amo.
Poco después éste te conduce a una cueva al final de la senda.
Entras allí siguiendo al cachorro para descubrirlo...
El suceso que cambiaría tu vida para siempre,
en aquel gélido invierno...
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