Pero esa es una creencia de lo más errónea. Tanto una como la otra puede ser buena o mala, tienen sus lados buenos y malos.
Pongamos por ejemplo que la luz y la oscuridad son rosas. Una blanca y una negra.
Normalmente la gente prefiere la rosa blanca antes que la negra, porque relacionan los colores con el simbolismo de que el blanco significa pureza y el negro muerte. Porque ven la luz como lo bueno y la oscuridad como lo malo. Es algo inculcado.
En la rosa blanca se fijan en el color y en la flor, pero nunca en las espinas debajo de ella.
En la negra en cambio solo se fijan en el color y en las espinas, nunca en la flor en sí.
La gente solo las ve por encima, nunca buscan dónde está el engaño de una o la belleza de la otra. No miran como es debido.
No ven los malos pensamientos de la luz ni sus intenciones ocultas, tampoco ven la bondad y la hermosura que nos ofrece la oscuridad.
Así que es erróneo asumir que la luz es el Bien y la oscuridad es el Mal; porque hay buenos y malos lados en ambas cosas.