Apr 7, 2016

Sentimientos de una Afuereña

¿Sabéis de ese sentimiento que se tiene cuando os arrancan de todo aquello que conocéis?
Yo lo siento.


Me arrancaron de mi tierra de origen,
y ahora que vuelvo me topo con que otras normas la rigen.

Me quitaron todas mis amistades y alegrías,
me mataron y me quitaron la felicidad de mis manos frías.

Me desterraron y en la soledad me quedé,
teniendo solo todos los recuerdos que conmigo me llevé.


¿Sabéis de ese sentimiento que se tiene cuando creéis que no pertenecéis a ninguna parte?
Yo lo siento.


Con los años fui perdiendo la infantil inocencia,
a medida de que mi alma era azotada por las cadenas de la demencia.

Me di cuenta de que ya nada sería lo mismo,
justo cuando la realidad me atrapó y caí en su profundo abismo.

La oscuridad me agarró y allí mi mente quedó encerrada;
dolida, sola y con mi alma férreamente encadenada.

Sentido ya no tiene venir e intentar rescatarme,
pues yo de aquí ya jamás podré marcharme.

El odio y la ira son las llamas que me hacen gritar,
la tristeza y el dolor son los lastres que me hacen llorar.

Esto, amigos míos, es lo que llamamos el pasado;
aquello que tras nosotros arrastramos como un peso pesado.


¿Sabéis de ese sentimiento que se tiene cuando volvéis a lo que conocíais, pero véis que ya nada es como era? Yo lo siento.


Una vez más el tormentoso ciclo se repite,
igual que un castigo para hacer que recapacite.

Los vientos cambian su marcha y me devuelven al inicio del infortunio, 
reviviendo así sin remedio este condenado pasado del demonio.

Solo que esta vez todo aquél a quien he conocido,
ha cambiado y se ha convertido en un completo desconocido.


Así... es como me siento.