Tres
Almas. Tres Bestias.
El
Tigre Blanco.
El
Lobo Azul.
El
Dragón Rojo.
Todos
ellos en pie delante de sus Espadas clavadas en la tierra. Una vez
compartiendo un momento juntos bajo la paz de sus Estrellas, ellos
ahora se levantan bajo el Sol del conflicto con armaduras y yelmos.
El
Lobo marcha a atacar al Dios y al Diablo, un muro y una torre surgen
de la tierra alcanzando el cielo.
Bajo
la luz de la vidriera el Tigre y el Lobo se enfrentan, corriendo y
entrechocando sus Espadas, hechas de sus creencias, razones e
intereses.
El
Dragón mira a sus espaldas, hacia los portalones, encontrando a un
Dios evanescente junto a un Diablo que le ofrece su mano.
El
Dragón deja caer su alma en la Negrura.
Con
la Luces de su Razón la trinidad se divide, el camino se parte en
tres y sus Luces marchan para guiarles.
La
Luz pura guía al Tigre por el Norte.
La
Luz fría guía al Lobo por el Oeste.
La
luz ardiente guía al Dragón por el Este.
Las
tres Luces al final del camino se convierten en sus Espadas
definitivas.
El
Dios repele al Lobo con su aura frígida y le muestra su crueldad,
aplastando el yelmo y congelando la armadura del Dragón.
El
Tigre puede ver cómo el Lobo se extravía y el Dragón se congela.
Él es testigo de cómo el Lobo huye de la Corruptiva Locura y cómo
el Dragón intenta escapar en vano de la Envolvente Verdad, atrapado
en la Oscuridad.
El
Tigre solo puede mirar sin remedio cómo se desatan los
acontecimientos, mientras que en sus brazos acunan al Dragón
congelado. Sus yelmos quedando destrozados en mil pedazos.
Con
una pavorosa sonrisa el Dios alza su alma negra hacia los encapotados
Cielos, una gran Luna espanta a las nubes y su luz cae sobre las
Bestias.
El
Lobo agarra con fuerza su espada y tira su yelmo a un lado. Mirando a
la Luna sus ojos se tornan dorados, su Alma se pierde y la Bestia es
desatada.
Al
final la trinidad de las Bestias cae a un Vacío.
El
Lobo cae entre las garras del Dios y es capturado por él.
El
Tigre cae en el Reino de la Oscuridad quedando atrapado.
El
Dragón cae entre los brazos del Diablo y se vuelven uno.
Sus
Estrellas caen del cielo y desaparecen en el Horizonte, con sus
Legados como herederos y testigos.