Es ese impertérrito río eterno que
todo lo rige y domina;
el cruel tirano que a todos somete, y
el malvado dictador entre los dioses.
Todos vivimos esclavizados por él y
nos asesina a placer.
Convierte el futuro en pasado, en un
fugaz recuerdo.
Va y viene, las estaciones pasan y los
años nos envejecen.
Cada instante de la vida pasa,
haciendo nacer y morir a nuestra
persona constantemente,
ya que a cada instante somos alguien
distinto,
debido a las situaciones que nos
rodean.
Por eso,
pese a que debamos recordar nuestra
mortalidad como seres humanos,
pese a que fluyan por él nuestras
vidas y nuestras almas inmortales,
podemos vivir en el momento.
Vive cada instante de tu vida,
no mires hacia delante o hacia atrás,
no vuelvas a pensar en el pasado o en
el futuro,
solo avanza y vive hasta el final,
sin temor ni lamento,
con tu corazón como guía.
Porque vivir,
solo lo hacemos una sola vez.